Por Josefina Sánchez
Presidenta de la Cooperativa Sol.Tre.Cha (Resistencia, Chaco) y Directora de la Incubadora de Cooperativas y Mutuales de Cuidados (INAES)
A continuación, comparto con ustedes algunas de las ideas que presenté en el Primer Encuentro Nacional de Cooperativas de Cuidado, que tuvo lugar en Puerto Madryn, Chubut, los días 30 y 31 de marzo pasados.
Para comenzar, quiero resaltar especialmente la importancia del vernos cara a cara, el abrazarnos, recibir esa energía de las compañeras de otras cooperativas y llevarla de regreso a nuestras organizaciones para seguir trabajando. Esto es muy importante porque, como sabemos, ser cooperativistas no es fácil. Esta energía nos sirve para potenciarnos y seguir pensando estrategias para mejorar la calidad de vida de nuestras compañeras y compañeros.
Ahora sí, en relación específicamente a la Integración, uno de los temas sobre los que voy a compartir aquí, quiero plantear su importancia en los distintos niveles.
Vamos a comenzar por la integración a nivel local.
Por un lado, quisiera que nos preguntáramos sobre los motivos por los que decidimos asociarnos en cooperativa: ¿por qué lo hacemos? ¿por qué decidimos integrarnos con otras personas para trabajar? Lo hacemos para mejorar nuestra calidad de vida, para estar y trabajar mejor.
Por ejemplo, en nuestro caso: si Sol.Tre.Cha. no hubiera contado con el aporte de la Asociación Trentinos en el Mundo, sosteniendo al grupo inicial, esa “plantita” que empezaba a nacer probablemente no estaría acá.
El contacto con otras cooperativas ha sido también muy importante para nosotras.
La primera cooperativa de cuidados con la que nos vinculamos fue Nuovo Orizzonte, de Reconquista (Santa Fe). Con esta cooperativa hemos intercambiado mucho, pensado estrategias en conjunto. Esto fue 20 años atrás, cuando prácticamente no existían las cooperativas de cuidado en el país. Se hacía necesario entonces pensar en un esquema que fuera bueno para la comunidad y bueno para nosotras, como trabajadoras. El intercambio de conocimientos, capacitaciones e ideas con Nuovo Orizzonte fue muy enriquecedor en aquel entonces.
En nuestra red local también estuvo en un inicio, apoyándonos, la Dirección de Cooperativas de la provincia de Chaco. Ella nos brindó herramientas clave para que pudiéramos sostenernos en aquellos momentos iniciales, los de mayor fragilidad.
En síntesis, esta primera integración, a nivel local, y en red, nos permitió avanzar, seguir creciendo y fortaleciéndonos como cooperativa.
En 2017 nuestro panorama cambió. Fue entonces cuando nos llegó la información de que existían otras cooperativas de trabajo en el país que se dedicaban a lo mismo que nosotras, al cuidado de personas. Ellas traían formaciones institucionales y experiencias de vida similares.
De este modo se fue profundizando el compartir entre cooperativas, y se amplió la integración horizontal; es decir, entre cooperativas.
En 2018 pudimos realizar un pequeño encuentro de cooperativas creadas y en formación en la Universidad Nacional de Tres de Febrero. Así, avanzamos en gran medida en compartir nuestras experiencias y saberes. El Encuentro también nos permitió reconocer que, a pesar de ser de diferentes regiones, provincias y localidades, existían problemáticas centrales que nos atravesaban a todas. Como corolario, en aquel encuentro se creó la Red Nacional de Cooperativas de Cuidado.
Al principio, parecía que nos encontrábamos para hacer “catarsis”, al conversar sobre las graves problemáticas que debíamos enfrentar en nuestro trabajo día a día. Estas problemáticas eran referidas, entre tantos otros temas, al vínculo con las obras sociales, a los seguros para las cooperativas y a la falta de una legislación que reconociera la figura de los cuidadores y las cuidadoras.
Con el paso del tiempo, algunas cooperativas nos fuimos integrando en organizaciones de segundo y tercer grado, en federaciones y confederaciones como CONARCOOP y COOPERAR. Y, a su vez, fuimos integrando a estas organizaciones a la Red de Cooperativas de Cuidado. La integración del cooperativismo de cuidado pasó a ser también integración vertical.
De igual modo, se sumaron a la Red universidades comprometidas con nuestras organizaciones. Se fueron generando entonces documentos que expresaban estas problemáticas y se dirigían a los organismos e instituciones correspondientes, buscando que las políticas públicas para nosotras mejoraran.
Hacia adelante, el desafío continúa: nuestra integración debe ser cada vez mayor, de modo que ganemos peso político.
Necesitamos lograr una mayor visibilización de nuestra tarea, pero con esto no alcanza. Debe ir acompañada de una debida valoración del trabajo de cuidados. Durante la pandemia nos hicimos más visibles, pero no fuimos bien valoradas. Por no ser consideradas legalmente como personal de salud, carecimos en aquel momento crucial del acceso prioritario a las vacunas. Y no por ello dejamos de cumplir con nuestra tarea. Seguimos trabajando, porque tenemos un compromiso con quienes dependen de nosotras. Y esto les costó la vida a compañeras…
Hoy seguimos adelante, y seguimos gestionando. Porque el trabajo de cuidados no es el único que está desvalorizado, sino que también lo está el de las trabajadoras autogestionadas cooperativistas.
Nosotras hacemos un doble trabajo: aquel de cuidados y el de gestión de nuestras propias empresas, día tras día, todos los días. Se trata de un trabajo invisible. Parece “mágico” que las cooperativas nos gestionemos, sigamos adelante, pero no es magia. La gestión lleva horas de trabajo, organización, planificación y de ingenio, como dice mi compañera Antonella Guareschi (Tesorera de la Cooperativa AVD de Rosario). Todo esto es necesario para crear estrategias que cuiden a las personas a quienes atendemos pero que también nos cuiden a nosotros y nosotras. Cuidamos a nuestros compañeros y nuestras compañeras con las herramientas que tenemos, pero ésta no es la solución.
Las políticas públicas son el modo de lograr que la mejora en las condiciones de trabajo que conseguimos con la lucha sea permanente y para todas las cooperativas.
Por ejemplo, quizás las cooperativas de mayor tamaño y con mayor historia, como Sol.Tre.Cha o la Cooperativa de Cuidadores de Mar del Plata, tengan la posibilidad de gestionar acceso a asistencia psicológica para las personas asociadas.
Sin embargo, esto es más difícil para las cooperativas más nuevas y menos consolidadas. De allí la imperiosa necesidad para las cooperativas de cuidados de contar con herramientas adecuadas provistas por el Estado. Es necesario incidir en las políticas públicas a través de la integración. Sólo así continuaremos avanzando.
Les propongo, a partir de nuestra experiencia, que comencemos trabajando a nivel local, para luego avanzar en incidir en la definición de las políticas públicas a nivel provincial, nacional, y hasta internacional. No podemos permitir que otras personas definan las políticas públicas para nuestras cooperativas. Nosotras debemos ser parte de esta discusión, simplemente porque solamente nosotras sabemos cómo se gestiona.
El cuidado se está diversificando y la formación debe acompañar esta tendencia.
Las necesidades de formación de nuestras cooperativas son cada vez mayores y más especializadas. Esto es así debido a que las cooperativas ya no asistimos exclusivamente a las personas adultas mayores, sino también a las infancias, a las personas con cierta discapacidad (cuyas necesidades son muy diversas), y al mundo de los cuidados comunitarios.
Nuestra prioridad es contar con una Ley para los cuidadores domiciliarios. Debemos luchar por ella a través de nuestras organizaciones, hacer visible nuestro reclamo y explicar su importancia a quienes asumen hoy roles en la definición de las políticas públicas. La cuestión de la seguridad social, especialmente de las licencias, es clave para nuestras cooperativas, por el hecho de que estamos integradas en una amplia mayoría por mujeres. No nos vamos a cansar de pelear, porque sabemos perfectamente cuáles son las consecuencias para nosotras de la falta de legislación y de políticas públicas adecuadas, porque la vivimos. En ocasiones se proponen políticas públicas “pensando en nosotras”, pero no nos convocan para diseñarlas. Entonces, luego, estas políticas no sirven, no cumplen sus objetivos. De modo de lograr aquella legislación que necesitamos es imprescindible que nosotras seamos parte de su formulación e implementación. En ese camino nos encontramos.
Edición: Ariana Sacroisky
El presente artículo fue publicado en El Diario de la Región (Resistencia, Chaco) el 20 de mayo de 2023